Designated Survivor
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Designated Survivor (Sucesor designado en España) es una serie de televisión dramática estadounidense sobre política, creada por David Guggenheim y protagonizada por Kiefer Sutherland, emitida en ABC. Se estrenó el 21 de septiembre de 2016 y ocho días después, ABC ordenó una temporada completa de 22 episodios.
En mayo de 2017, ABC renovó la serie para una segunda temporada, siendo estrenada el 27 de septiembre de 2017.34 El 11 de mayo de 2018, ABC canceló la serie después de dos temporadas, aparentemente debido a una disminución en las calificaciones, aunque se han mencionado otras razones.5 Poco después, eOne anunció que estaban en "conversaciones" con otras cadenas para renovar la serie, incluido Netflix, que transmite la serie internacionalmente.6 El 5 de septiembre de 2018, Netflix decidió continuar con la serie con una tercera temporada de 10 episodios que fue
la primera temporada nos muestra a un Tom Kirkman, un hombre honesto que llega por accidente al cargo más poderoso del mundo en medio de una gran crisis y sin experiencia real en gobernar, en una trama llena no solo de intriga política y acción, sino que nos mostraba lo importante que es que, en política, nunca olvides que las necesidades de tu país y de tu pueblo están por delante de los deseos o necesidades partidistas o políticas, un mantra que se volvió la esencia de toda la serie.
Pero antes de continuar, ¿qué es el Sobreviviente Designado? El mismo es un cargo de la vida real, que es elegido de entre los miembros del gabinete de Estados Unidos por el presidente, para asumir el gobierno en caso de que, en medio del discurso del Estado de la Unión, momento en que todas las ramas del gobierno de Estados Unidos se reúnen en el Congreso para el informe anual del presidente, sea atacado y todos sus integrantes muertos. De esta forma, estando el sobreviviente designado a salvo en otro lugar, el estará en la posición de asumir la presidencia del país y reconstruir el gobierno en caso de emergencia.
La primera temporada partió de esta premisa, pero sospecho que al no confiar plenamente cuanto duraría la serie, terminaron la lucha de Kirkman por reconstruir el gobierno y acabar con los conspiradores muy pronto que atacaron el congreso muy pronto. Esto llevó a una segunda temporada que realmente ya había agotado la gran trama que da nombre a la serie, y que sin ser mala, bajo el nivel, no solo porque su historia ya no era tan emocionante como lo fue la primera temporada, sino porque, con el auge de Donald Trump y todos los temas polémicos que ha generado, quisieron convertir a Kirkman en una especie de icono que representase “todo lo contrario” a lo que representa Trump, un ideal de cómo debería ser realmente el presidente de Estados Unidos.
Esto se llevó a tal grado, que la serie nos trajo a un presidente que es una maravilla de honestidad y superioridad moral, quien siempre logra al final hacer lo que es correcto al final de cualquier situación, por más difícil que esta fuese. Y aunque la intención no es perse mala, le resto seriedad y realismo al show, ya que se siente que, mas que querer desarrollar una trama entretenida para el espectador, se limita a ser propaganda contra la presidencia de Donald Trump, lo que le resta calidad a la serie, al punto en que ABC termino cancelando la misma por sus malos resultados. A fin de cuenta, si alguien quiere propaganda política, para eso hay miles de cuentas en redes sociales que cumplen mejor el trabajo.
Pero no fue sino hasta unos pocos meses que tuve el agrado de conocer que Netflix, quien ya tenía los derechos de transmisión fuera de Estados Unidos, compro la serie para renovarla para una tercera temporada de 10 episodios de 50 minutos aproximadamente cada uno, probablemente motivada por el éxito que esta serie en el publico extranjero de Netflix. Y el efecto es notorio en todos los apartados.
La historia nos narra ahora la campaña por la reelección de Tom Kirkman, en una trama que aprovecha todos los grandes temas de actualidad de la sociedad y política estadounidense, para narrarnos una historia que se siente cercana y real, pero que conserva el drama necesario que toda serie de TV necesita para que sea entretenida.
De esta forma, tenemos desde la crítica por el costo de las medicinas y la salud, las adicciones a las drogas y la codicia de las farmacéuticas, hasta la denuncia contra la discriminación hacia los transexuales y homosexuales, el racismo, la inmigración o el discurso cada vez más polarizado de la política estadounidense, o los intentos de normalizar temas como el convivir con un familiar con cáncer (esto último que nos otorga uno de los momentos más dramáticos de la temporada). Algo que me sorprendió es que, para esta serie, se usara videos con entrevistas a personas reales, para no solo usarlo inteligentemente para enfatizar algún punto de la trama, sino para denunciar (con mejor tacto que en la segunda temporada) problemas reales de la sociedad estadounidense.
De esta manera, la tercera temporada de Designated Survivor logra con éxito algo en lo que fallo por completo en su segunda temporada: servir como medio para hacer visibles problemas reales de Estados, denunciar los males de la actual forma de hacer política, pero sin sacrificar la calidad final de la serie, que al final del día debe tener como prioridad el entretener y ser interesante mas que ser una propaganda moralista de 1 hora.
esta tercera temporada de Designated Survivor, es que Tom Kirkman fue humanizado con respecto a la segunda temporada. Como mencione, durante la primera temporada Tom Kirkman (interpretado por Kiefer Sutherland) fue presentado como el hombre honesto que casi por accidente le toca gobernar Estados Unidos en medio de una horrible tragedia, lográndose mostrar muy bien sus dudas y miedos que le generaba la falta de experiencia. El problema es que en su segunda temporada fue elevado a un nivel de perfección ética y moral para claramente contrastar con la imagen de Donald Trump, y que siempre lograba imponerse sobre los demás casi sin mancharse las manos.
Esto no me gusto, no solo por el descarado y evidente intento de criticar a Donald Trump y su forma de gobernar en un programa que no debería ser no propaganda, sino porque se hizo a costa del realismo y la autenticidad, ya que parecía que a Kirkman se había convertido en el Mary Sue de la política (o más bien Gary Sue), porque él era el hombre bueno y honesto que siempre logra salir adelante, y los otros los malvados políticos egoístas que se interponían en su camino.
Pero en esta temporada ahora nos muestra a un Kirkman que, aunque sigue tratando de ser honesto y fiel a sus ideas, no le queda de otra que enfrentarse a la realidad de la política, que en muchas ocasiones le obligara a tomar decisiones que le harán dudar sobre si sigue siendo honesto o si se ha vuelto uno más de esos políticos mentirosos que siempre detesto; hay más dudas, más conflictos, estamos ante la historia de un hombre honesto que debe jugar el juego político de una democracia, llena de personas no solo con ideas e intereses distintos, sino además con deseos ciegos de llegar al poder a cualquier costo, lo que le da vida a una tercera temporada que sabe usar mejor la idea del hombre honesto y de buenas intenciones que es Tom Kirkman y que la segunda temporada uso mal en su momento.
Designated Survivor, en su tercera temporada, se vuelve una serie que conserva la idea de la temporada anterior de servir como medio para denunciar problemas reales, sin exagerar en la perfección moral y ética que quisieron que el personaje de Tom Kirkman representase, trayéndonos una temporada que, tras la adquisición de Netflix, no solo se siente de mayor calidad, sino con una historia llena de drama (tanto político como personal) mucho mejor elaborado, que sabe usar inteligentemente temas reales para desarrollar la historia, y mostrar con mayor realismo la lucha entre la honestidad inherente en las personas, y toda la política necesaria para ganar, conservar y ejercer el poder en una campaña electoral.
Netflix logro con esta temporada de Designated Survivor recuperar la calidad de una serie que se sentía en decadencia y con el rumbo perdido, y nos deja con ganas de ver de que hubieran sido capaces en una hipotética cuarta temporada, que pese a los pedidos de algunos fans, es poco probable que suceda ante la cancelación que sufrió la serie de parte de Netflix.
Autor: Nelson Muñoz
MUSICA.